martes, 2 de junio de 2015

La fragua literaria leonesa: José Vicente Pascual



La Fragua Literaria Leonesa

José Vicente Pascual: "Un poeta, un novelista, un escritor, es una isla en un archipiélago"

Manuel Cuenya | 02/06/2015

El novelista José Vicente Pascual, autor de 'Almirante en tierra firme', acaba de publicar, en Ediciones B, su novela 'Interregno'.

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José Vicente Pascual. Foto: Manuel Cuenya
Aunque nacido en Madrid, José Vicente Pascual es leonés porque León, ahora mismo, significa casi todo para él, su mujer es leonesa, algunos de sus mejores amigos son leoneses, además siente que León es un lugar tranquilo donde puede reposar a cobijo del invierno y también cuando en otros lugares hace demasiado calor, demasiado ruido, como ocurre en casi todas partes. León es, en realidad, una elección en su vida, "probablemente la más venturosa", aclara el autor de 'Almirante en tierra firme', una novela breve por la que recibiera el Premio Hispania de Novela Histórica en 2013, en la que ha intentado humanizar la figura de un héroe, el marino y gran militar Blas de Lezo, "alguien que fue ante todo un gran hombre en el sentido amplio de la expresión. Venció a los ingleses en multitud de ocasiones y en la terrible batalla de Cartagena de Indias, pero si hubiese salido derrotado, su valor personal y su mérito militar habrían sido exactamente los mismos. Y no nos habríamos acordado de levantarle un monumento", manifiesta José Vicente a propósito de este personaje cuya dimensión humana está por encima de su heroicidad, porque a menudo "los héroes que se elevan sobre pedestales, convertidos en estatuas de mármol o bronce, al final sólo sirven para que les caguen las palomas (o para que alguien los retire y los esconda en algún almacén, por imperativos legales)", agrega a la vez que cree que la literatura, en ocasiones, puede servir para poner en evidencia lo importante, "sin dejar que el brillo de la retórica desvirtúe el fondo esencial de las cosas". Lo esencial no sólo como parte de la literatura sino de la vida misma, la literatura, sobre todo en León, como emanación libre y espontánea, "sin sospecharse a la sombra de nadie, ni de nada", según José Vicente, convencido de que los narradores y poetas de la provincia leonesa, abundantes y notables, han tenido la gran fortuna de crecer sin el canon del pasado, la reverencia y la culpa, y aun por el hecho "de no estar sometidos a la obligación de un gran mito como, por ejemplo, el de García Lorca. Yo creo que esa es una de las razones de la vitalidad de la creación literaria en el entorno leonés". No obstante, el creador de 'La hermandad de la nieve', que también recibiera el Premio Hislibris 2012 a la mejor novela,  no es muy partidario de los patriotismos culturales "porque, por mucho que nos empeñemos, al final siempre resulta que un poeta, un novelista, un escritor, es una isla en un archipiélago", precisa José Vicente, que escribe de un modo creativo desde que tiene memoria, aunque no sabe por qué lo hace, lo cual sería "más una tarea de diván y manual freudiano que de reflexión en el presente". En todo caso, sí es consciente de que no concibe su existencia sin escribir, y también de los escritores que más le han influido, entre los que se hallan, aparte de los clásicos en cualquier idioma, los grandes maestros de la narrativa hispánica contemporánea: Carpentier, Cunqueiro, Pla, Miguel Espinosa, Perucho, Martín Santos, Juan Eduardo Cirlot...en una lista que sería interminable, según él, conocedor de que entre sus autores preferidos siempre están y estarán aquellos que le hayan aportado algo, que lo hayan emocionado, que le hayan enseñado algo y le hayan hecho sentir lector agradecido, en definitiva. Como es el caso de G. K. Chesterton, que, con su 'Ortodoxia', ha sido el último autor capaz (y muy capaz) de deslumbrarlo; "aunque semanas antes me emocionaba con Sapkowski y su tremenda novela 'Víbora'. Entre uno y otro hay suficiente espacio para llenarlo con cientos de nombres', sintetiza este narrador, que ha vivido durante cuatro décadas en Granada, donde desarrollara una intensa labor, como escritor y colaborador periodístico en medios como el diario 'Ideal' de Granada o 'La Opinión de Granada'. A este respecto, cabe señalar que, para José Vicente, el periodismo literario ayuda a comprender algunos elementos básicos del oficio de escritor, "te hace consciente de que cuando escribes tienes que saber a quién te diriges en concreto, qué lectores, qué público. Por otra parte se ensayan las virtudes de la concisión, la precisión y la eficacia del discurso narrativo, algo que para un novelista resulta muy importante".
"Los héroes que se elevan sobre pedestales, convertidos en estatuas de mármol o bronce, al final sólo sirven para que les caguen las palomas (o para que alguien los retire y los esconda en algún almacén, por imperativos legales)"
A pesar de que siente una especial vinculación de cariño y amistad con muchas personas que continúan en Granada, amigos de siempre que, al igual que él, no son granadinos "pata negra", reconoce que nunca acabó de sentirse plenamente "integrado" en esa ciudad andaluza, porque su vida latía desacompasada con el pulso general de "aquel reino de Dios", en el que, si bien hay gente de todas partes y de todas clases, "Granada es muy suya; o mejor dicho: los granadinos de cepa no te abren la puerta del todo aunque llames con toda amabilidad durante cuarenta años. Cuando escribía en la prensa local algún artículo que no era del gusto del 'granadino medio', la vox pópuli cultural me convertía automáticamente en 'escritor madrileño afincado en Granada'. No importaba que ese afincamiento durase toda la vida. Hay un núcleo duro, irreductible de granadinismo ensimismado, que necesita sentir la huella de un ADN irreprochablemente del lugar para reconocerte la gran virtud de 'ser granadino'", confiesa  este especialista en novela histórica, que nos recomienda la lectura de 'El ser granadino', un ensayo del profesor Nicolás María López Calera, que describe maravillosamente este singular fenómeno. "Entre otros hallazgos, López Calera argumenta que Granada ha adoptado como elemento icónico de su paisaje al ciprés (traído por los italianos para decorar sus famosos cármenes), porque ese árbol es el que mejor representa los atributos y espíritu del lugar: es alto, elegante, no da sombra y si acercas la mano e intentas acariciarlo, te pincha".

(puedes continuar leyendo esta fragua en el siguiente enlace): 
http://www.ileon.com/cultura/052057/jose-vicente-pascual-un-poeta-un-novelista-un-escritor-es-una-isla-en-un-archipielago

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