viernes, 17 de enero de 2014

La juventud leonesa

Os dejo este artículo publicado el pasado miércoles en la Nueva Crónica. 

Juventud, divino tesoro, qué será de ti, ay, con tantos inconvenientes y castraciones en lo económico, en lo social, en lo existencial. La náusea se ha apoderado de nuestros jóvenes, que ven cómo sus vidas se ven truncadas al no encontrar un espacio en el que poder desarrollar sus habilidades, su potencial, que para eso tienen todo el vigor y el futuro por delante, además de una buena preparación, en determinados casos excelente, porque nunca nuestra juventud estuvo más formada que ahora (tampoco tan amaestrada), aunque algunos (y algunas), impregnados de rancios pensamientos y por supuesto desde los poderes sibilinos (valga la redundancia), se encarguen en vendernos la moto (y hasta el carromato) de que los jóvenes andan todo el día de farra, dándole al dance que te friega. No olvidemos que en otros tiempos la enseñanza era un lujo que no se podía permitir cualquiera, y la universidad estaba sólo reservada para las clases más pudientes. Bueno, ahora estamos volviendo a las andadas.

        Rabia, impotencia y dolor produce saber que la provincia de León cuenta con recursos suficientes: minería, pizarra, energía, un extraordinario patrimonio material e inmaterial…, eso sí, en manos de avariciosos, gestores nefastos, apoltronados y aun delincuentes, que se miran a su propio ombligo ignorando y silenciando a la mocedad, entre la que se hallan magníficos escritores y artistas. Corren malos tiempos para la lírica (Coppini dixit), malos tiempos para la juventud leonesa, y en general para la española, que ve (lo digo cual si fuera ya un carca) cómo se revientan sus ilusiones en busca de un porvenir que se perfila inexistente, con las miras puestas en un desempleo atroz, la lepra de los tiempos modernos, y en la precariedad. Una pena, una ruina, que se nos pierda nuestra juventud por culpa (siento emplear este término judeocristiano) de unos cuantos inútiles y malévolos, incapaces de llevar las riendas de esta provincia, y aun de este país, que no acaba de levantar cabeza, no sólo en lo económico  -pues anda en bancarrota, habida cuenta de los desfalcos ocasionados por tanto ganado parlante sin escrúpulos-, sino en lo moral y en lo espiritual, que es lo peor que le puede ocurrir a una sociedad, a un mocerío resignado, que acabará aceptando (ya lo está haciendo) lo que los fustigadores de marras tengan a bien ofrecerle. “Y si te atizo, pon buena cara, sonríe y mira al frente”, te podrían llegar a decir.
        A este ritmo la sociedad acabará pulverizada, y la juventud muerta en vida.

         

1 comentario:

  1. Como siempre, Manuel, se advierte en tus escritos el cariño por tu tierra y los anhelos de mejoras sociales para tus semejantes. Ello te honra.
    Permíteme que complemente las ideas, que comparto casi en su totalidad, y que tan bien plasmas en este artículo.
    No me referiré a la juventud leonesa, que tú tan bien conoces, sino a los jóvenes actuales en general. Yo nunca entenderé la razón por la que los jóvenes no se manifiestan por la ausencia casi total de trabajo. No ahora, que son 5 MM de parados, sino de muchos años atrás cuando el paro alcanzaba los 2 millones. Tenían que haberse manifestado, sino todos los días, sí al menos semanalmente. ¿Dónde? Pues cada uno a las puertas de su Ayuntamiento. Por ejemplo, los lunes en Toral de los Vados, los martes en Alcalá de Gudaira, los miércoles en San Sadurní de Noya, etc., etc. ¿Petición? Trabajo, que dignifica al ser humano, y lo tenemos amparado por el art. 35 de nuestra Constitución. Pues bien, desconozco las razones sociales que han llevado a no realizar este tipo de manifestación. Sí es cierto, que en esta sociedad mediática que padecemos, da la sensación que los jóvenes se han dedicado al botellón, o al “dance que te friega” que aparece en tu artículo. No, no todos. Es claro. Pero hay un cierto “tufillo a sospecha” que se traduce en generalización. Naturalmente esto es más fácil criticarlo, pues en mi época “contra Franco vivíamos mejor, es decir, había como una causa más visible contra la que oponerse, y hoy esas causas son más difusas.
    Efectivamente la universidad siempre ha supuesto un coste económico, que no todo el mundo ha podido soportar, Hoy también, claro. Quien ha tenido en estos años hijos en la universidad puede saberlo. Pues el costo de los estudios para personas que son o han vivido, por ejemplo en Toral de los Vados, no ha sido el mismo que el que residían en León, Valladolid o Salamanca. Y hoy sí, a rentas iguales percibidas, el costo de sufragar los estudios universitarios de los habitantes de esos pueblos fue siempre muy superior. En mi época, es verdad que existían pocos universitarios. Pero es que los jóvenes que no accedían a esos estudios se “colocaban” a partir de los 18 años en los bancos, cajas de ahorros, etc., que en aquellos tiempos, al no haber políticos a los que alimentar, si daban cabida a muchos jóvenes.
    También sospecho, aunque no puedo confirmar su proporción, que existían becas para estudiantes con rentas pequeñas. Eso sí, aparte de la renta se necesitaban buenas notas para su mantenimiento.
    Hoy en España, apenas si hemos utilizado los estudios cursado a través de la Universidad a Distancia, y me parece que sigue siendo poco utilizada.
    Ya sabes, admirado Manuel, que esta Sociedad democrática que nos hemos dado, aparte de mal gestionada la hemos construido muy poco eficaz y muy ineficiente. Estamos insertos en mundo que se globaliza a pasos agigantados y tenemos que competir con el resto de forma mucho más eficiente.
    Tendríamos que ofrecer muchos conocimientos, sobre todo los culturales que sosiegan el espíritu y nos hermanan con los Aristóteles o Platones de turno, con los Cervantes o Shaskepeares o incluso con los Beethoven o Mozart bien conocidos. Nunca, pero nunca, se debería dejar de dar a conocer semejantes personajes que tanto bien han dado al Hombre. Esa enseñanza de Cultura es la que echo en falta que se produzca.
    El resto ya lo conoces. Mucho “gachupin”, que decía mi difunto padre, a los que hemos dejado que campen a sus anchas y sin respeto por los demás. ¡¡Y son muchos, Manuel!!
    Confiemos en que la Bondad supere al Mal, que subyace por los siglos de los siglos, y estos jóvenes leoneses y todos los jóvenes del mundo se conciencien y no consientan que se pulverice su Sociedad.
    Perdona, Manuel, por este comentario “río”. Pero es que tienes un blog muy, muy atractivo.
    Un saludo

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