viernes, 25 de diciembre de 2009

A Solís Fernández, el taxidermista de Matarrosa del Sil

Por fin, a Solís Fernández le han dedicado un museo en Carracedelo, que aún no he podido visitar. Ya iba siendo hora que a este taxidermista le hicieran un museo, ¿verdad, amigo Luis? 
Hace años le hicimos un reportaje en su casa, que se publicó en Diario de León, además de un artículo... de costumbre... De esto da cuenta Luis Nogaledo en su blog: Gistredo: http://gistredo.blogspot.com/2009/12/muestra-natural-del-bierzo-y-solis.html
HACE unos días tuve la ocasión de conocer a un singular taxidermista en su casa de Matarrosa del Sil. El amigo Luis Nogaledo, que es uno de los principales artífices de la web de Noceda del Bierzo, me había hablado de un tal Solís. «Tenemos que visitarlo -me dijo-, creo que es un fenómeno». Vive a la puerta de casa, como quien dice, y me da la impresión de que no hay mucha gente que conozca su trabajo. En el Bierzo, en general, somos poco dados a valorar el trabajo de nuestros paisanos. Nadie es profeta en su tierra. Otra cosa es que alguien venga de fuera. Sin embargo, Solís, que es un hombre agradecido, nos dice que el Instituto de Estudios Bercianos le hizo un homenaje por todo lo alto. Que haya en el Bierzo una persona como él se me antoja extraordinario. Es un artesano o artista único, genial, digno de ser conocido y reseñado, alejado del mundanal ruido de los saraos. Además, es un hombre amable, con gran sentido del humor y mucha vitalidad, que disfruta con su trabajo, y enseñándolo a quien esté dispuesto a conocerlo. Por fortuna, el Instituto de Estudios Bercianos lo nombró Socio de Honor en el 2003, y el Ayuntamiento de Toreno le concedió la Picota de plata ese mismo año. Diplomas éstos que están en su sala-despacho de trabajo. Y de los que se siente orgulloso. Tiene un museo impresionante de bichos disecados: tejones, jinetas, gatos monteses, etc, y la colección entera y documentada de anfibios y reptiles que hay en nuestro país. Pero «los que más me gustan -nos confiesa-, son los mamíferos». «Y en el Bierzo tenemos la mayor variedad de mamíferos de toda Europa», aclara. Es un conocedor del urogallo, tanto que colaboró en un trabajo de investigación sobre este hermoso animal. Estar a su lado nos devuelve a la naturaleza, y nos contagia su amor por la fauna. «Debemos recuperar la vida silvestre». Su vida, en los inicios, no fue fácil, porque «aprendí en la Universidad de las Urces», señala, sin embargo logró su objetivo, dedicarse a lo que de verdad le gusta, algo impagable. Mientras nos muestra sus animales, dibujos, fotos, esculturas, trabajos de investigación, artículos científicos, etc, nos cuenta sus andanzas por Venezuela, sus visitas a diferentes museos del mundo, sus colaboraciones en tesis doctorales, y las propuestas que ha recibido por parte de universidades y para que se haga un museo a partir de su colección. «No me quiero ir del Bierzo», asegura, tal vez porque encontró su lugar en el mundo: Matarrosa. Es maravilloso.

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