martes, 29 de diciembre de 2009

Paul Auster en el Musac de León



Un lujo tener al escritor y cineasta neoyorkino en León, gracias al empeño de Club Leteo http://www.clubleteo.com
, y en concreto al amigo y poeta Rafa Saravia (al que vemos en una foto al lado de la traductora y Auster). Saravia fue el encargado de presentar el evento en el Hall del Musac, abarrotado de un público deseoso de escuchar a su ídolo: Paul Auster, que estuvo ayer lunes en este vanguardista museo leonés para atender preguntas de sus aficionados y recibir, cómo no, un simbólico premio Leteo 2009.
Un gran acierto, sin duda, que los dinámicos chicos del Club Leteo hayan pensado en este fenómeno de las letras y las imágenes, si bien en otras ocasiones también lo hayan hecho, con sabio criterio, en otros grandes como Arrabal o su amigo, el enfant terrible de la literatura francesa contemporánea, Michel Houellebecq, entre otros.
Confieso que desconozco la literatura, incluso la cinematografía de Auster, qué pena, aunque mi sobrino Pablo, músico él, me hablara de este tipo hace tiempo. Aparte de su Trilogía de Nueva York, quizá sea más conocido por sus pelis, Smoke y Lulú on the bridge, donde el azar es el tema esencial, al igual que en el resto de su obra, dicen los entendidos. Es el azar algo que gobierna nuestra existencia, y un asunto que requiere la debida atención. Véanse, por ejemplo, Babel de Iñárritu o Match Point de Allen.


Hace tiempo, a propósito de un contratiempo que sufrí en Lisboa, me ayudó a reflexionar acerca del azar, y escribí algo para Diario de León, que luego reproduciré aquí, con algún retoque quizá. Lo dejaré para otro momento, no obstante, porque antes quiero reseñar lo que nos dijo el escritor americano en el Musac y las preguntas que le hicieron algunos de sus fans, ya que Auster no dio ninguna conferencia, sólo atendió preguntas. 
Sorprende que gran parte de las preguntas hechas por sus seguidores versaron sobre política, en concreto la americana, Bush, Obama, etc., antes que sobre asuntos estrictamente literarios o sobre su narrativa en particular. Y es que la política está por encima de todo, como un dios omnipresente y devorador. Incluso algún graciosillo de entre el público, antes de formular la pregunta, dijo que la haría en castellano porque su inglés no era bueno, o algo así, y además él había estudiado francés, apostilló, a lo cual, el siempre atento y despierto Rafa Saravia, le respondió: "Auster habla muy bien francés". No en vano, este escritor y cineasta tradujo durante un tiempo la obra de autores franceses como Mallarmé o Sartre. De ahí su pasión por París, ciudad a la que irá, antes de regresar a Nueva York, después de pasar por nuestra ciudad de León. Como anácdota cabedecir que Auster no pudo ingresar en el IDHEC, la escuela de cine de la capital francesa, hoy conocida como al Femis. Como le ocurrió asimismo al cineasta alemán Wenders. Pero esto no le influyó en su cariño por París.
En cuanto a las preguntas que le formularon, ni que decir tiene que no era necesario preguntar en inglés porque había una traductora para hacernos entender, aunque también hubo algunos, entre ellos algún americano y alguna estudiante o profesora de inglés, que se atrevieron a preguntarle en su idioma.


Por lo demás, Auter reivindicó a algunos escritores hispanoamericanos, si bien confesó no sentirse influido por ninguno, como Fuentes, Borges, Cortázar o García Márquez, y a otros españoles como Cervantes o algún contemporáneo como Vila Matas, con quien coincidió en unas jornadas literarias en Nueva York. Alguno o alguna le preguntó por el hecho de ser de origen judío: si se sentía influido por la literatura judía, o el mundo judío en general, si sus personajes eran autobiográficos, si la idea y tramas de las novelas las tenía en la cabeza o las iba desarrollando a medida que escribía, y así en este plan.


A partir de ahora espero entrar de lleno en su literatura y en sus películas. Gracias al Club Leteo, gracias Rafa, para esta velada con Auster.

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