lunes, 29 de junio de 2009

Un paseo por el Bierzo

(Diario de León, 30/09/2008)

http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/un-paseo-por-bierzo_409113.html 



Castillo de Cornatel
Darse un paseo por el Bierzo resulta romántico, otro cantar es vivir en esta comarca. “En la región más transparente del aire”. Bierzo Aire Limpio o Bierzo Aire contaminado. Que cada cual elija lo que más le convenga. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. Volver a la caverna, como me dijera el maestro Gustavo Bueno, después de vivir durante algunos años en el extranjero, fuera del terruño, entraña ciertas dificultades, sobre todo porque en nuestra huerta o jardín de los deseos no se atan los gatos ni las gatas con longanizas, y eso que vivimos en la comarca de los embutidos, salvo que uno sea un pícaro profesional, un adaptado al contexto perverso, en el que no hay conciencia de alteridad, porque cada cual va a su puto rollo, y nadie se pone en el lugar del otro, no en balde somos hijos y nietos de una guerra incivil. 

En cualquier caso, debemos aprender a convivir con la incertidumbre, con la puta crisis financiera, la catástrofe mundial, que sigue enriqueciendo a los tiburones en detrimento de los débiles, en este ranchito de vacas locas y becerros empitonados. Como esos personajes de Barrio Cuba, que intentan rebelarse contra un destino incierto, dispuestos a encontrar una salida, como sea. También nuestro querido Humberto Solás, director de Barrio Cuba y con quien compartimos momentos agradables en Ponferrada, luchó contra su enfermedad hasta su reciente muerte. Nada es eterno, todo se acaba, aunque el tiempo se encargue de borrar las heridas. “Yo nunca resistí las despedidas –poetiza Raquel Lanseros- con su mezcla de muerte y precipicio, con el aroma amargo de la finitud”. Mas de momento retomemos el punto de partida, baraja en ristre, hasta alcanzar algún promontorio con solera, como el Castillo de Cornatel, “picadero” de aristócratas, lugar de singular belleza, desde el que se atisba un horizonte rayado de esperanza, aunque en mi última y reciente visita me encogió el alma al recordar la imagen de Gloria, que un día decidió lanzarse al vacío desde este altozano de los Montes Aquilianos. En verdad, la memoria es mortal, según Gamoneda. 


Palloza de Balouta

Pasear por el Bierzo es un acto de amor, como escribir, que entraña mucho gilcarrasquismo, sobre todo cuando uno se adentra en el Valle de Balouta, bajo la neblina, en busca de lo primigenio, y descubre, con tristeza, que algunas pallozas se caen a pedazos porque a la Junta no le interesa invertir un euro en éstas. Se lo reserva, suponemos, para mejores meriendas. Por el momento nos queda el Valle de Noceda, “amplio y nutricio”, lo que a uno le da fuerzas para caminar por el mundo “alante”, ¿verdad, Estercita?

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