jueves, 29 de abril de 2021

Astorga, desde las entrañas

 Mañana viernes volveré, acaso como una golondrina o cigüeña (me encantan estas aves) a Astorga, la ciudad milenaria, que siempre me ha acogido con los brazos abiertos. En este caso para presentar mi nueva criatura, Desde las entrañas, que me gustaría que calara en las entrañas de quienes deseen adentrarse en las mismas. Un libro que me está procurando muchas satisfacciones. Y que espero continuar presentando en diversos lugares. 


Después de Astorga, ya en el mes florido y colorido de mayo, en León, Ponferrada y Fabero (también en Bembibre, en el Instituto Álvaro Yáñez como charla con los estudiantes). Así que intentaremos llevar el verbo por el mundo adelante, qué vaya pretensiones. "Mentira la mentira, la verdad... Todo es mentira en este mundo, todo es mentira, la verdad", canta Manu Chao, mientras lo escucho como fondo, mientras intento componer este texto en este mi ordenador ya cascado, de tanta tralla, imagino, como le he dado. Pues hasta se me encasquillan y repiten algunas letras. A ver si logramos llegar a buen puerto desde este Bierzo primaveral, algo morriñoso, al menos hoy. 

Mañana viernes volveré, acaso como una cigüeña (tal como figura en la cubierta del libro, gracias a la amiga pintora Cristina Masa) a Astorga, la ciudad de las mantecadas y el chocolate (me está entrando el apetito solo de pensarlo) para charlar con los presentes acerca de la escritura... creativa/constructiva  que nos invita a la reflexión y nos sacude las vísceras.

Cabe reseñar que me gusta más el término constructiva por antojárseme más en la línea del materialismo filosófico/gnoseológico que concibiera el maestro Gustavo Bueno.  

 Asimismo, charlaremos con las personas que asistan acerca de las entrañas de mi reciente librito, que, a estas alturas de la partida o el partido, muchos y muchas sabrán/saben que versa sobre la pandemia actual a través de mis propias reflexiones y emociones, que son las que he pretendido plasmar por escrito, metiendo, tal vez el dedo en la llaga, sobre el mundo en que vivimos, el mundo al revés, donde nada o casi nada es lo que parece, pues las apariencias más ocultan que desvelan esencias. Y lo esencial es lo único que merece la pena. El resto no sirve para nada, más que para volvernos majaras y despistarnos, confundirnos. Qué difícil es quedarse sólo con lo genuino, con lo natural, en un mundo de apariencias y engaños, plagado de mentiras, de trapacerías... Y así en este plan. En plan, como dicen ahora los jóvenes. 


"La Naturaleza en sí misma es bella. El mar, con sus olas hipnóticas, las altas montañas con sus neveros sempiternos, el sol con sus amanecidas y sus puestas. La luna, con sus miradas lunáticas, los animales, con su fuerza y adaptación a los diversos ecosistemas. Los árboles con su soplo vital. Las plantas, con su sonrisa clorofílica. Pero nosotros, que nos creemos dioses, la castigamos, la arrasamos. Con nuestros modos de vida saqueadores, criminales. Arrasamos todo aquello que se nos pone a tiro de buen cubero.  La vida es tan breve que uno no puede perder el tiempo en gilipolleces, ni siquiera en la lectura de un libro que no nos merece la pena, que nada nos aporta. Las cosas como tales no nos dan la felicidad, al menos la felicidad tal como uno la entiende, las cosas son sólo eso, cosas, que en determinados momentos pueden hacernos creer que nos sirven, que nos alimentan", así reza uno de los párrafos sobre lo esencial, o al menos lo que uno entiende por tal.


Mañana viernes volveré a la matria adoptiva del genio Gaudí (quien se inspirara en la Capadocia para componer su magna obra), esa ciudad en la que en el 2020, justo antes de la pandemia, presentara Del agua y del tiempo, en compañía del periodista y escritor Tomás Álvarez, que también en esta ocasión estará arropando el acto, lo cual le agradezco. Así pues procuraremos pasar un rato divertido hablando de todo aquello que nos apasiona y os hace continuar en la senda de la vida, de esta vida única y sagrada. 

Os esperamos en el Teatro Gullón de Astorga a partir de las 19h30.

lunes, 26 de abril de 2021

León en la obra de Julio Llamazares

 

DÍA DEL LIBRO

León en la obra de Julio Llamazares

El poeta, narrador, periodista, guionista y gran viajero Julio Llamazares, nacido en el desaparecido pueblo de Vegamián, es uno de nuestros grandes escritores. Y León está presente en gran parte de su obra.

Eduardo Margareto / ICAL El escritor Julio Llamazares en su domicilio en León.
Eduardo Margareto / ICAL El escritor Julio Llamazares en su domicilio en León.
Manuel Cuenya | 23/04/2021 - 18:55h.

Desde sus primeros poemarios publicados, La lentitud de los bueyes y Memoria de la nieve, hasta su reciente libro Las rosas del surJulio Llamazares nos ha legado una obra extraordinaria, escrita con exquisita sensibilidad, con una voz personal, con una prosa de alto voltaje lírico (ahí está su sobrecogedora novela La lluvia amarilla, que, aunque ambientada en Ainielle, en el Pirineo aragonés, podría haberla desarrollado en cualquiera de los muchos pueblos abandonados o semiabandonados que existen en la provincia de León), con un estilo sencillo y a la vez profundo, emocionante, que nos ayuda a reflexionar acerca de la soledad, del tiempo, de la muerte, temas recurrentes en toda su obra, construida con esmero, con pasión (Tanta pasión para nada, como ese magnífico relato que le dedica al poeta Ángel González cuando llegara a ejercer como maestro en Primout, pueblo enclavado en las estribaciones de la Sierra de Gistredo en el Bierzo Alto).

Altas cotas poéticas las que alcanza el autor leonés en (casi) todos sus libros, incluso en ese ensayo, entre picaresco y esperpéntico, que le dedica a un pintoresco personaje de la historia leonesa, devoto del buen vivir y el mejor beber, aficionado al orujo y al tute, a quien Llamazares rinde culto en El entierro de Genarín (existe incluso una adaptación al cine de esta obra): «¿Por qué León se confiesa / sin ir al confesionario / con una copa de orujo / y romances en los labios?».

Asimismo, nos ha obsequiado con novelas como Luna de lobos, sobre la mítica figura del maquis, inspirada en Casimiro Fernández Arias, el último guerrillero superviviente de cuantos resistieron en la posguerra en la montaña central leonesa, cuya adaptación al cine corresponde a otro leonés, «el camarada» Julio Sánchez Valdés, o bien extraordinarios libros de viaje como El río del olvido, un viaje que el autor hace a pie, siguiendo el curso del Curueño, el río de su infancia, de su memoria afectiva, que nos recuerda a la mejor literatura de viajes del maestro berciano Carnicer, Donde Las Hurdes se llaman Cabrera.

Además de su pasión viajera y su particular mirada al paisaje («el paisaje es memoria... y fuente originaria y principal de la melancolía»), León aparece en Retrato de un bañista, que el director berciano Chema Sarmiento incluye en su película El Filandón.  Historia que transcurre en el pantano del Porma (su matria), entre la alucinación y la noche azulada de un pueblo en ruinas, impregnado de aromas a lo Rulfo. El propio Llamazares nos lee, en voz en off, su poema Fresas, que nos ha dejado una profunda huella en la retina de nuestra memoria: «Entre las truchas muertas y la herrumbre, fresas. Junto a las fábricas abandonadas, fresas. Bajo la bóveda del cielo, muñecas mutiladas y lágrimas románicas y fresas. Por todas partes, un sol de nata negra y fresas, fresas, fresas. Consumación de la leyenda: en los glaciares, la venganza. Y, en los espacios asimétricos del tiempo, un relato de amor que la distancia niega y ocas decapitadas sobrevolando mi corazón. Por todas partes, un sol de nata negra y fresas, fresas, fresas...».

Podríamos decir que hipnótico Retrato de un bañista es como el embrión de otro de sus últimos volúmenes, Distintas formas de mirar el agua, donde su creador regresa a su tierra natal, al valle de Vegamián, para contarnos una historia conmovedora a través de los ojos de una familia, donde vida y muerte se dan cita. Magnífico el análisis que de esta obra hace la filóloga y profesora de la Universidad de Trento Álida Ares (originaria de Villadepalos, en el Bierzo).

(Puedes seguir leyendo en ileon: https://www.ileon.com/cultura/117875/leon-en-la-obra-de-julio-llamazares)

jueves, 22 de abril de 2021

La fragua literaria leonesa: Marina Gay Ylla

LA FRAGUA LITERARIA LEONESA

Marina Gay: "Asistir a la universidad me aportó nociones lingüísticas y literarias en el campo teórico"

La poeta e instrumentista Marina Gay Ylla, autora de la ópera prima 'La diáspora de las aves', editada por Eolas, está trabajando desde hace meses en un nuevo poemario, que espera que transgreda algunas de las leyes literarias y de mesura.

Marina Gay
Manuel Cuenya | 22/04/2021 - 12:01h.

Tuve la ocasión de conocer a Marina Gay en los cursos de escritura que acostumbro a impartir en la Universidad de León (ULE). Y recuerdo que mostraba una gran curiosidad por el aprendizaje, además de una sensibilidad especial. Entonces, cursaba estudios de Filología Hispánica en la ULE, que fue donde descubrió, en su opinión, una oferta cultural más que satisfactoria, la cual nutría sus demandas.

"Asistir a la universidad me aportó nociones lingüísticas y literarias en el campo teórico, no asistir y emplear ese tiempo libre en ponerlas en práctica me facilitó un trato más real de la escritura en su faceta más expresiva, en distintas intervenciones, performances, talleres, recitales, etc...  León supuso además mis primeros acercamientos al jazz, donde comencé con un amigo muy querido, Alfredo Vidal, a adentrarme en la música entendiéndola de forma global y comprometida, gracias al cual empecé a comprender algunos conceptos de armonía", rememora Marina, que también estuvo y está aún ligada a Jaula 13, el grupo nacido del aula de improvisación, que coordina el músico y escritor Ildefonso Rodríguez, "que cuenta también con Cova Villegas, y con quienes estuve tocando regularmente en 'jams', además de dar mis primeros conciertos en algunos locales de la ciudad", apostilla esta poeta, que también se dedica a la música.

Vivió durante algún tiempo en Astorga, "la antesala de mi toma de voluntad adulta y libertad plena creativa antes de llegar a la ciudad de León... Astorga como un hiato en mi vida, desde mi partida de Madrid con mi familia hasta la universidad", aclara ella.

Cuenta que su carrera le ha aportado conocimientos lingüísticos y herramientas retóricas a la hora de encarar la creación literaria. Asimismo, la asistencia a cursos de extensión universitaria y congresos, "tales como los que coordina la profesora Natalia Álvarez, sobre figuraciones de lo insólito y a algunos talleres de creación literaria, fundamentalmente de narrativa y relato corto", le han permitido formarse.

Y sobre todo recuerda con  afecto su experiencia en la Universidad de Valparaíso en Chile, "una de las experiencias más fructíferas de mi vida hasta el momento tanto en el plano vivencial como el musical y literario", donde también tuvo la oportunidad de asistir a varios talleres de escritura, entre otros a "los de La Sebastiana, el taller de poesía de la fundación Pablo Neruda al que postulé y que me dio un espacio de creación y aprendizaje muy rico en el que comencé a gestar y dar forma a la idea de 'La diáspora de las aves'". Talleres de escritura todos ellos que le resultaron muy gratificantes, y le parecieron, junto a los que recibiera en León, un medio maravilloso para ampliar conocimiento sobre autores gracias a pequeñas muestras de sus escritos como ejemplos literarios, y una práctica de escritura creativa.

"Además, lo considero una buena forma de acercarse a otros creadores de índole variada, no cortados por patrones de edad, profesión u otros sesgos y conocer la actualidad que emerge del lugar donde sea dicho taller. Creo que para las personas a las cuales les cuesta mostrar su trabajo puede ser una manera terapéutica de comenzar a hacerlo, no es mi caso, pero de haberlo sido, hubiera agradecido su existencia", explica Marina, que pudo realizar una magnífica inmersión cultural en Chile, adentrándose en su sociedad y su política actual.

"Mi llegada a Valparaíso supuso el contacto con una proliferación artística abrumadoramente satisfactoria, y, no sólo institucionalizada, sino también autogestionada en cooperativas sociales, asociaciones culturales y literarias, talleres y comparsas, en el plano musical y demás agrupaciones. Fue una experiencia tremendamente intensa que tenía la duración de un año y finalmente extendí a tres", agrega Marina, que tuvo la ocasión de familiarizarse con el mundo poético chileno, conociendo a autoras actuales como Elvira Hernández o Verónica Zondek, además de adentrarse en las obras de Gabriela Mistral y Pablo de Rokha, que despertaron en ella un gran interés, "tanto es así que dediqué a este último mi trabajo de final de grado, en literatura comparada, aunándolo en la relación a la retórica del jazz y al que dedicaré también mi trabajo de final de máster en líneas semejantes".

"Mi llegada a Valparaíso supuso el contacto con una proliferación artística abrumadoramente satisfactoria, y, no sólo institucionalizada, sino también autogestionada en cooperativas sociales, asociaciones culturales y literarias, talleres y comparsas, en el plano musical y demás agrupaciones"

En cuanto al ámbito musical, le supuso un acercamiento aún más estrecho con el jazz, gracias a los conciertos de suma calidad a los que pudo asistir y a las jams sesión donde llegó a tocar de un modo regular.

"Allí amplié mi elenco de instrumentos y comencé a tocar la trompeta e interesarme por el saxofón, instrumentos que trabajo desde entonces... También tuve la oportunidad de tocar en la comparsa La gritona donde comencé a vislumbrar las preocupaciones sociales y la lucha que lleva a cabo el arte en Chile, como núcleo de resistencia, contra las políticas asfixiantes de los gobiernos o cualquier corporación que asedie a la población, ya sea de corte colonialista, neoliberalista, patriarcal, racista, entre otros", comenta esta joven artista, que asimismo tuvo la ocasión de viajar al sur del país y conocer su cultura de la mano de amistades oriundas.

"Chile supuso para mí un lugar más donde sentirme y al cual, en cierto modo, pertenecer. Ahora, en su ausencia, constituye un núcleo poético al cual regresar a través de la escritura", reconoce  la creadora de 'La diáspora de las aves', un poemario editado por Eolas, a la que agradece su trabajo porque, según ella, esta editorial leonesa, comandada por el polifacético Héctor Escobar, les da visibilización a los jóvenes autores.

"El título del libro simboliza mi viaje... como un círculo de eterno retorno, en el que presencia y ausencia se van dando paso, dejando como único tránsito entre sí, la poesía, que nace de la ausencia como presencia per se... Yo ausente o mis múltiples yoes ausentes se fragmentan, no solo en las tres partes del poemario, sino en cada hecho que revela la duda y la incertidumbre. Por ello, el espacio de creación en el que abre grieta mi discurso es el espacio sustraído, en el no-lugar, que es crucial para entender cuando lo repetitivo y habitual por resultar familiar desemantiza, tanto que ese 'unheimlich' espacial nos remite al individual, desde la metafórica fábula de la metamorfosis de Kafka, hasta una pérdida del ser, que anula la presencia y observa su vacío... Refleja la dicotomía, la presencia vivencial, que constituyó el viaje a Chile y aquella otra, el doble de mí que desconocía. La oposición que ya asimilamos con Heráclito, y el juego de poderes entre los hechos dicotómicos de la ausencia y la presencia. De forma anecdótica en mi casa siempre me han llamado golondrina y preferí el término 'diáspora' a 'huida' o 'migración' porque describe la fragmentación del yo, en sus múltiples vivencias ausencias y transformaciones. El ser esparcido en cada uno de los lugares en que se siente", sostiene Marina Gay, convencida de que se trata de un poemario en el que todo está conectado como la dinámica en una pieza musical.

(Puedes seguir leyendo esta fragua en ileon.com, en este enlace: https://www.ileon.com/cultura/117828/marina-gay-asistir-a-la-universidad-me-aporto-nociones-linguisticas-y-literarias-en-el-campo-teorico)