LA FRAGUA LITERARIA LEONESA
Juanjo González: "El tiempo nos trasciende a todos, a los mediocres y a los sabios"
El narrador Juanjo González Martínez, autor de 'Y vos, ¿qué pensás?', entre otros, está en estos momentos viviendo un periodo confuso, aunque de gran actividad mental.
Manuel Cuenya | 15/05/2019 - 12:01h.
Conocí Juan José (Juanjo) González Martínez hace años, con motivo de un libro de José Luis Presa Calzado, en el que nos dábamos cita en sus páginas un buen puñado de autores y autoras de la provincia leonesa, entre ellos el propio Juanjo González, además de Juan Carlos Mestre, César Gavela o Fermín López Costero (siempre en nuestro recuerdo), poniendo palabras, textos a las bellísimas fotografías nocturnas de Presa. Aquel libro se titula 'La luz de mi noche'. Y está editado por Lobo Sapiens, bajo la batuta del también escritor José Antonio Martínez Reñones.
A partir de ahí, hemos coincidido en algunos actos, sobre todo en la población berciana de Magaz de Abajo, donde Juanjo González vive desde hace tiempo. Un lugar por el que siente apego porque le ha permitido, según él, un acercamiento a la huerta, "a la madre tierra, al contacto con los animales, con el aire puro del monte", rebelándose en contra del asfalto de las grandes ciudades (él que nació en Madrid).
Juanjo se muestra como un gran defensor de las aldeas del Bierzo, "lugares muy lindos y mágicos" intentando, como puede, combatir la despoblación rural que sufrimos desde hace ya mucho tiempo en esta España vacía y vaciada. Algo de lo que nos hablara, ya en los ochenta del siglo pasado, el escritor Julio Llamazares en su emocionante y reflexiva obra 'La Lluvia amarilla'. Y que ahora Sergio del Molino rescata con su ensayo 'La España vacía'.
El Bierzo, donde lleva viviendo más de veinte años Juanjo, le ha abierto, en su opinión, al paisaje del Norte, a su música, "al devenir de un lugar fronterizo muy peculiar y con mucha vivencia personal. Quizás haya sido mi puerta de entrada al bosque, a las hadas y a la magia. La constatación de que me aceptaban y me daban su cobijo".
En realidad, la comarca berciana es donde más tiempo ha pasado viviendo porque en su Madrid natal sólo estuvo hasta los veintiún años. Y el resto, antes de venirse a vivir al Bierzo, residió en Extremadura. Con lo cual se siente un autor leonés, "de la fragua leonesa" porque, "a pesar de que la semilla de la creatividad ha estado en mí desde muy pequeño, nunca podré olvidar que mi lado de darme a conocer a los lectores, de publicar, lo realicé sólo cuando estaba aquí en el Bierzo, en la comunidad, y eso te hace sentirte un poco en el conjunto de todos y todas las que estamos luchando por ello. Cada paso adelante de un autor leonés nos debe congratular a todos, porque es una puerta que se abre para la visibilidad", precisa el autor de libros como 'El Grial de los Siete Cristales', convencido de que la literatura en la provincia de León, con nombres como Gamoneda, Pereira, Llamazares, Raúl Guerra o Mestre, nos ponen en primera línea del panorama cultural y creativo, "no sólo a nivel español, sino europeo, por los temas que abarcan".
"A pesar de que la semilla de la creatividad ha estado en mí desde muy pequeño, nunca podré olvidar que mi lado de darme a conocer a los lectores, de publicar, lo realicé sólo cuando estaba aquí en el Bierzo"
Y ahora tenemos una generación joven y prometedora, entre la que cabe mencionar –señala él– a la reconocida poeta Raquel Lanseros o bien a la narradora Elisa Vázquez, "con la magnitud que están tomando por ejemplo sus publicaciones", lo cual nos hace concebir esperanzas. "Y encima, tanto Raquel como Elisa, son creativas, es decir mujeres, pues mejor que mejor. Seguir esa estela tiene un componente de responsabilidad enorme".
Cuenta que, siendo muy pequeño, cuando tenía que pasar largas horas en cama por su condición de niño enfermizo y reumático, con más frecuencia de la normal, le hizo asomarse al ventanal de la lectura. Y a partir de ahí surgieron la composición de sus primeros poemas, sus primeras canciones y sus cuentos.
"De la lectura a la escritura hay sólo un pasito de distancia", afirma Juanjo, que se lamenta en cierto modo de que, a lo largo de su vida, no haya apostado por ser un escritor constante, porque, si hubiera seguido este camino, su obra sería mucho más extensa de lo que es, "pero uno es, como decía el recordado Humet, lo que es en sí, y no puede cambiar; y ello se refleja en que actualmente hay un 90% en la cabeza y un 10% escrito aproximadamente. Es triste, pero es así, y hay que ser sinceros, lo primero, con uno mismo".
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