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viernes, 9 de junio de 2017

Luces de bohemia en Ponferrada

El teatro como espejo de la realidad, como espejo deformante, la realidad como esperpento, el esperpento como puro expresionismo artístico, incluso como realismo mágico, la realidad como deformación y monstruosidad en esta España tragicómica, farsante, absurda y hambrienta, también, sobre todo para aquella gente que tiene que sobrevivir como puede, de la caridad, de los comedores públicos, de sus padres y abuelos, de este sistema castrador y castrante, que no permite arribar a fin de mes de un modo digno, porque los cabrones de turno, con poder, dinero o por supuesto bien amparados en leyes hechas a su medida (ya se encargan de que así sea), campan a sus anchas, sin que nadie ni nada les pongan cascabelitos, qué fisno me quedó esto, ¿verdad? 


Valle-Inclán, gallego universal y uno de nuestros grandes creadores, escribió Luces de bohemia en 1920 sobre la España que él conociera, pero cuando uno la lee y relee, da la impresión de que la hubiera concebido hoy mismo, porque lo que nos muestra es de rabiosa actualidad, acaso porque la historia se repite, o estamos condenados a repetirla, porque nunca acabamos de saber la lección, o no nos apetece aprenderla. Somos desmemoriados y en general hacemos lo que nos dejan -pobres marionetas al servicio de un engranaje perverso, esquizofrénicamente capitalista- quienes llevan las riendas. 
Luces de bohemia me apasiona desde que la descubriera hace ya tiempo, desde que leyera a Valle con voracidad en busca de sus esencias. 

La primera vez que oí hablar de Valle, eso recuerdo, fue en boca de mi primer maestro de escuela, en Noceda. Y eso que aquel especimen era una mala bestia fascistoide, un maltratador de infantes... difuntos. Aquel nombre (el de "Don Ramón María del Valle-Inclán, así decía el tipo que hacía las veces de profe) se me quedaría grabado para siempre en la retina de mi memoria, de mi memoria emocional.  

También quiero recordar a José Luis Moreno-Ruiz con su Rosa de Sanatorio, en Radio 3 de RNE, ese poema clorofórmico, leído en boca de su hija mayor, que daba título a su estupenda emisión radiofónica. Por cierto, Moreno-Ruiz acaba de publicar nueva obra, 'Un largo puente en Praga' (editado por Huerga y Hierro), que espero leer en breve. 

Hace unos meses asistía, en Madrid, a una representación de esta obra teatral por los lugares emblemáticos en los que se desarrolla, entre ellos la chocolatería San Ginés o bien el famoso callejón del Gato, donde siguen los espejos que deforman sistemáticamente la realidad. "El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato... Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada".
Espejo Callejón del Gato

Y me entusiasmó, al menos lo que tuve la ocasión de ver. 
En breve, en la sala Río Selmo de Ponferrada (antigua obra social de Caja España) tendremos ocasión de representar, con mi alumnado de la Universidad de la Experiencia (con el grupo de teatro) una adaptación y re-escritura de esta obra, que he tenido el placer de realizar y dirigir. 
Espero que el resultado sea satisfactorio, después del empeño que hemos puesto, no obstante, me quedo con el proceso de construcción, de ensayos... con el proceso creativo, en definitiva, con el que he disfrutado mucho, sobre todo viendo encarnados algunos de los grandes personajes de Luces de bohemia

En realidad, todos los personajes tienen enjundia, porque forman parte de un microcosmos, de un mundo con el que seguimos identificándonos, como es el caso del vil trepador Don Latino, el lazarillo pícaro del gran poeta y periodista Max Estrella, al que nadie reconoce, porque en España el talento no se premia, sólo se premia el robar y el ser un sinvergüenza, como vemos ahora, más que nunca, con toda la corrupción desmedida (valga la redundancia), con toda esta fauna política, con toda esta caterva de seres miserables en su moral, en su ética, con todos estos tipejos que nos roban a manos llenas.
"El trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados, y todo lo manda el dinero". Nuestra política es una chochez, al igual que nuestra religión, y antes parecemos un pueblo del centro de África (con todos mis respetos hacia África), que un país desarrollado y cívico de esta Europa, que tampoco entiende ni dios, porque Europa ha muerto, como nos recordara Jorge Martínez, de Ilegales (que actuará, qué bien, en la Plaza Mayor de León, con motivo de sus próximas fiestas de San Juan y San Pedro). Europa, a la cual pertenece España, para bien y para mal, también sufrió varias guerras, holocaustos caníbales... Un cementerio en toda desregla.


¿Qué sería de este corral sin sol? ¿Qué sería de los españolitos y españolitas sin esos turistas que llegan a nuestro país a manadas para tostarse en nuestras playas, coger buenas cogorzas... y de paso hacer balconing? España como un inmenso parque temático, como un putiferio, con perdón, al que viene a desfogarse el turismo mundial. 
Además, por el escenario desfila toda una galería de personajes grotescos, desde el librero Zaratustra (Así habló Zaratustra, en recuerdo del genial Nietzsche) hasta las prostitutas: la Vieja Pintada y la Lunares (que son las más dignas de todos y todas, junto con la mujer de Max Estrella y su hija Claudinita, que acaban poniendo fin a su vida por hambre. ¿Crimen o suicidio? Misterio), o bien otros personajes que hemos adaptado y aun reconvertido, personajes que hablan con sus propias voces, con sus propios registros lingüísticos y linguales, con sus jergas, con sus humores e ironías. 
Espero que al menos pasemos un buen rato con este viaje al final de una trepidante noche, y nos invite a seguir reflexionando acerca de la condición humana, porque nada de lo humano-animal nos es ajeno, y sobre ésta nuestra España de coña y olé. 
http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/luces-bohemia-rio-selmo-jueves-15-junio_1166258.html

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