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domingo, 29 de noviembre de 2015

Pakistaníes o pakistanes



                   Este artículo escribía allá por el año de 1999 en Diario de León. Ahora me doy cuenta de que, desde esa época, casi todo sigue igual, salvo que muchos paquistaníes se han largado de Bembibre.                    

            Hace tiempo que en Bembibre viven pakistaníes. Llegaron hace más de veinte años a trabajar a las minas de carbón, y algunos se han ido instalando en la capital del Bierzo Alto. Otros, en cambio, decidieron marcharse a su tierra, una vez logrado su objetivo: ahorrar un dinero que de seguro les permitirá vivir con relativa comodidad en su país. Aunque esto no  es evidente. Cada día menos, visto lo visto. Pakistán nunca ha sido un país estable. Desde que tengo uso de memoria el Oriente Medio siempre ha sido un polvorín, o al menos eso me ha parecido, un depósito de almas y cadáveres en tierra santa. Y ahora soplan vientos beligerantes en el desierto de las desdichas. Ahora, más que nunca, la cosa está que arde.
            Alrededor de un centenar de personas se calcula que viven en Bembibre. Los vecinos de esta localidad aseguran que los pakistaníes, o los pakistanes (que así es como les llaman), van a su rollo y casi no se mezclan con los nativos. Todos conviven en paz y en armonía, tal vez porque ellos viven en su mundo particular, en su útero islámico.
            La comunidad pakistaní de Bembibre es sin duda la mayor de Castilla y León, y eso se nota cuando uno se pasea por algunos sitios de esta villa berciana: el barrio de La Estación, Socuello o la Villavieja. Se nota, pero uno no lo vive en todo su esplendor. No hay ni un solo restaurante especializado en comida pakistaní, y tampoco uno puede disfrutar de un espectáculo, sea musical o de otro tipo, de esta cultura que a nosotros se nos escapa, y de la cual no sabemos casi nada. Entre los bercianos, muy pocos acertarían a decir más allá de cuatro cosas -estereotipos incluso absurdos- sobre el país y la cultura de Pakistán. 
En general, los pakistaníes no se quejan de cómo se les trata en Bembibre. Esa es la verdad. Luego no podemos hablar de rechazo y xenofobia por parte de los bembibrenses. He tenido la oportunidad de hablar con algunos, y están satisfechos de su vida en nuestra tierra. Quienes saben hablar bien inglés acostumbran a ir a Gran Bretaña, me contaba hace casi tres años Zaffar-Iqbal, que se mostró amable y abierto conmigo. 
Zaffar-Iqbal fue uno de los primeros en llegar a Bembibre.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Érase una vez un país azul y verde

Este relatín lo escribí para la expo de fotos que realizara Julio Moro en Veguellina de Órbigo este año. 

Érase una vez un país azul y verde, luminoso, en el que sus habitantes soñaban con un tiempo de felicidad, a la sombra de negrillos centenarios.
Vivían tranquilos, en armonía con la naturaleza, disfrutando de bellos días y estrelladas noches, bajo un firmamento protector, sintiendo la brisa acariciadora de un aire puro, oxigenante, y las arrulladoras aguas de su río y sus regueras.
Hasta que un buen día, a alguien se le ocurrió la idea de acabar con la serenidad y la pureza de este lugar, construyendo unas chimeneas en medio de un paisaje esplendoroso, coloreado con la tinta de la ilusión y la bonanza.
Entonces, sus gentes se sintieron desconsoladas por tamaño desaguisado. Y pidieron auxilio a sus jefes, que no quisieron escuchar las súplicas de su pueblo.
            -No podemos ni queremos convivir con estas chimeneas –habló con templanza uno de los habitantes de aquel país-. Pero su voz no fue escuchada, salvo por un hombre, de aspecto bonachón, con la aguijada en mano, que pastoreaba su ganado en una braña cercana.

            -Esto será el comienzo de algo imparable  -sentenció, sabio, aquel pastor risueño y aguerrido, que disfrutaba contemplando a sus vacas, que pacían sonrientes en verdes y abundantes praderas a orillas de un pequeño río.
            A partir de aquel día, en que las chimeneas irrumpieron en medio del paisaje, a resultas de los intereses de unos pocos atrevidos, la vida dejó de ser la que había sido hasta ese momento. Y todo se tornó grisáceo, incluso negro como el carbón. El cielo se cubrió de cenizas, los montes palidecieron, el agua del río y los arroyos se evaporaron y los habitantes de aquel país, salvo los mandatarios y sus arrimados, perdieron su aliento y las ganas de seguir viviendo. Sus pulmones se transformaron en nata negra.
            Ahora, el país de azul y verde, luminoso, aúlla con la tristeza inmensa de un lobo ferozmente herido desde el fondo oscuro de una realidad sepultada.


            

martes, 24 de noviembre de 2015

La fragua literaria leonesa: Elena Soto

La Fragua Literaria Leonesa

Elena Soto: "En ciencia lo inesperado es más sugerente e inspirador que lo evidente y en literatura, también"

Manuel Cuenya | 24/11/2015 - 10:17h.

La poeta y periodista ponferradina Elena Soto, autora del reciente 'Invierno sin corazón', sigue escribiendo, sobre todo poesía. Y continúa publicando en su blog.

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Periodista y poeta o viceversa, Elena Soto es una berciana marcada profundamente por su infancia, "todo lo que ves, escuchas, hueles... en esta época te acompaña toda la vida... infancia, divino tesoro", rememora con morriña su tierra: el final del invierno con los almendros en flor; el comienzo del verano, con las cerezas; el otoño con la vendimia y los castaños, "todavía después de muchos años el ritmo de las estaciones está marcado por árboles de mi infancia. Me gusta el mar, pero echo de menos los ríos y los bosques con esos colores increíbles de las hojas en otoño". También recuerda con afecto aquellos cuentos, como la Loba Parda, Ábrete Sésamo, o bien un hacha de oro, la pastora de gansos o el de una culebra que retenía una doncella en un castillo, que le contaban de pequeña. "Años más tarde he descubierto que eran historias transformadas de lugares y procedencias dispares, unos eran romances, otros cuentos de 'Las mil y una noches', y algunas fábulas", explica Elena, convencida de que el Camino de Santiago, a su paso por el Bierzo, ha contribuido a que se forje una tradición oral tan diversa, en la que juglares y peregrinos traían historias de muchos sitios y la gente que las escuchaba, al recordarlas y contarlas, mezclaba y añadía cosas de su cosecha.
"El ritmo de las estaciones está marcado por árboles de mi infancia. Me gusta el mar, pero echo de menos los ríos y los bosques con esos colores increíbles de las hojas en otoño"
Aparte de la huella que le dejaran aquellos cuentos de la infancia, reconoce la impresión que le produjeran los libros que leyera en la adolescencia, aquellas expediciones de exploradores como Shackleton o Scott a los confines de la Tierra, a la Antártida, que hicieron volar su imaginación  con la belleza de esos paisajes desolados y extremos. "Imágenes como la del volcán Erebus, que está activo, con un glaciar descendiendo por sus laderas hacia el mar me parece muy potente".
En la actualidad vive en Palma de Mallorca, donde ejerce el periodismo científico. Tiene incluso un blog:establopegaso.wordpress.com en el que podemos leer enlaces a libros y artículos científicos. Y colabora con 'Tam Tam Press' en una sección dedicada a la ciencia y la poesía.
La Literatura y la Ciencia aunadas, religadas en su modo de entender y componer el mundo, porque, como ella misma señala, amabas materias tienen más relación de lo que en principio pudiera parecer, porque la Ciencia, cuando logras entenderla, es muy poética. "Algunos titulares que aparecen en los medios como  'Un peine de luz ayuda a conocer el universo' o 'Descubren cómo las plantas olvidan el invierno' en sí mismos ya son versos". La Ciencia, en todo caso, le sirve como punto de partida para escribir poesía. La Ciencia y la Poesía como reveladoras, acaso de misterios y secretos, habida cuenta de que los descubrimientos científicos más transcendentales –asegura– se parecen mucho a las buenas metáforas y a otros recursos literarios como las paradojas o las antítesis. Son imprevisibles, contraintuitivos, rompen los esquemas, pero cuando se indaga ese elemento discordante que, en principio, no encaja, no sólo funcionan sino que cambian el mundo. "En ciencia lo inesperado es más sugerente e inspirador que lo evidente y en literatura, también", matiza Elena, persuadida de que cuando un experimento arroja un resultado imprevisto que, en principio, va contra lo establecido, acaba moviendo el piso de la ciencia y haciendo avanzar más rápido el conocimiento. En este sentido, abundan los ejemplos, que corroboran la teoría. Como el caso reciente –recuerda ella– del cristalógrafo Daniel Shechtman, quien casi pierde su trabajo, siendo el hazmerreír de la comunidad científica, por observar en el microscopio una estructura considerada imposible. Pero, por fortuna, otros investigadores, años más tarde, comenzaron a ver algo parecido. Y ya en 2009 encontraron un mineral con esa estructura, que había visto el científico israelí Shechtman, a quien le dieran el Nobel de Química en 2011, por el descubrimiento de los cuasicristales, un nuevo tipo de materiales que desafiaba los conocimientos científicos.
"Evocar la lluvia, traerla al presente y pensar que hace dos o tres mil años pudo haber formado parte del océano, es previsible, pero que haya sido saliva en la lengua del faraón me parecía más sugerente".
La poesía como evocación, invocación y provocación
Galardonada con el premio Carmen Conde de Poesía, por su poemario 'Métricas del alma' (Ediciones Torremozas, 2003), ha publicado recientemente 'Invierno sin corazón' (Ediciones Torremozas, 2015), cuyo título es una traducción literal 'Kernlose winter', que describe una peculiaridad del clima de la Antártida (en la parte central de este continente, durante el invierno, las temperaturas quedan atrapadas en una media de –62 °C), que vendría a ser como un invierno sin alma o sin núcleo, y por extensión sin corazón, según Elena, que eligió ese título porque le parecía que reflejaba esa doble vertiente. En este libro figuran muchos poemas inspirados en temas científicos. 'Esta lluvia que ahora humedece mi cabello ha sido saliva en la lengua del faraón' es el evocador verso incluido en el poema del ciclo del agua, perteneciente a su 'Invierno sin corazón', que sería como la esencia de este poemario, con el agua como elemento que impregna todo, ya sea en estado sólido, líquido o gaseoso. "Evocar la lluvia, traerla al presente y pensar que hace dos o tres mil años pudo haber formado parte del océano, es previsible, pero que haya sido saliva en la lengua del faraón me parecía más sugerente". También, en su último poemario publicado, Elena menciona una frase reveladora, de Paul Dirac, uno de sus físicos preferidos: «en la física intentamos explicar, en términos simples, algo que nadie sabía antes. La poesía hace exactamente lo contrario». Un científico para quien las leyes físicas debían ser, ante todo, matemáticamente bellas, un concepto que guio todos sus descubrimientos, precisa ella, fascinada con esta postura estética, que parece una locura, "pero cuando sabes que una prueba diagnóstica clínica como el PET (Tomografía por Emisión de Positrones) está basada en la antimateria, predicha por Dirac, y en su ecuación, no deja de admirarme que su postura radical sobre la belleza se haya materializado en aplicaciones tan concretas como esta", apostilla esta poeta y periodista científica ponferradina, quien entiende la poesía como evocación, invocación y provocación, que traiga algo a la memoria o la imaginación, que lo haga presente y que produzca una reacción. Y cualquier motivo más o menos poético puede ser, a priori, bueno. "¿Una bolsa de plástico o un atardecer? Pues depende de la mirada". Asimismo, cree que el ritmo, que nada tiene que ver con la rima, es básico. La poesía, como la música, es fundamentalmente ritmo.
Puedes seguir leyendo esta fragua aquí abajo: 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Je suis París





Soy París, todos y todas somos París en estos momentos de tristeza, después de la barbarie cometida a sangre fría por unos fanáticos en la ciudad más turística del mundo, la urbe en la que viven miles de extranjeros, un buen número de españoles y españolas, entre los cuales se hallan, por ejemplo, la pintora berciana Ángela Cobos, originaria de Noceda, la actriz ponferradina Otilia Laiz, a quien recuerdo en su papel en ‘La comunidad’, de Alex de la Iglesia, o bien el cineasta Chema Sarmiento, que recientemente estuvo en Santa Marina de Torre para recoger la Pica de Oro, que le concediera la Asociación Carqueixa. Uno mismo vivió en la capital francesa en la década de los noventa, época en la que la ciudad de la luz exhalaba un tufo violento, sobre todo en determinados barrios periféricos, pero también en el corazón de Châtelet-Les Halles o en el multirracial Faubourg Saint-Denis.


Ayer, en La Nueva Crónica.

Je suis París
París, que ya sufriera los graves atentados contra ‘Charlie Hebdo’ a principios de este año, se ha convertido en el escenario predilecto de los yihadistas para rematar su faena con este surrealista crimen contra cientos de personas, contra la humanidad, en definitiva, como nos recuerda el presidente Obama. Surrealismo en estado salvaje, tal como en su día llegara a imaginar Luis Buñuel, uno de los cineastas más originales que ha dado el llamado séptimo arte. Hoy, el creador de ‘El fantasma de la libertad’ se quedaría a buen seguro sobrecogido con esta puesta en escena, impregnada de locura, porque la vida (en este caso la muerte brutal) siempre supera cualquier ficción.
Ahora me siento conmocionado. Me pongo en la piel de las familias de todas las víctimas, me religo con ellas a través del dolor y el espanto, mediante el afecto, y sospecho que esta guerra –porque esta es una guerra en toda desregla- no ha hecho más que empezar. Y no lo digo con afán pesimista, antes objetivo, habida cuenta de que los terroristas islámicos han decidido (hace ya tiempo) tomarse la venganza por su cuenta y riesgo, heridos, en su fuero interno, porque el mundo Occidental (con los Estados Unidos a la cabeza) han arrasado literalmente, con sus bombas y sus misiles, algunos de sus países. Y, como es habitual en esta vida absurda por instantes, siempre pagan justos por pecadores. Los peces gordos, los cabrones de altos vuelos, las arman pardas (utilizando, en este tablero de ajedrez perverso, peones con el cerebro lavado y planchado), ya sean de una religión u otra, de una cultura u otra, mientras el pueblo acaba pagando todos los platos rotos. Y a partir de estos tiempos nuevos, tiempos salvajes, nadie estará a salvo en este mundo deshumanizado, vuelto del revés, porque nos tendrán agarrados por las pelotas, esclavizados al miedo y al horror (control férreo y despótico), con la consiguiente y absoluta falta de libertad. Si antes, cada vez que viajábamos a algún país, nos trataban a baquetazo, como a borregos, y nos miraban hasta la talla de nuestras prendas interiores, a partir de ahora nos radiografiaran el alma. Y nos la acabarán robando o mutilando. El odio hacia el Otro (Otra) se incrementará, con el consiguiente disparo de la xenofobia, los muros, las alambradas y las fronteras se alzarán de nuevo (en realidad siempre han estado en pie, no sólo en “tierra santa”, sino en todo el orbe). Los países ricos seguirán explotando y vendiendo sus armamentos a los pobres. Y la historia de la infamia y la perversión continuarán. Muertos ya en vida, ni viajar fuera del país podremos. Vaya panorama. Je suis París pero también soy español y oriental y ciudadano del mundo, porque nada de lo humano me es ajeno. 

martes, 17 de noviembre de 2015

La fragua literaria leonesa: Toño Criado


La Fragua Literaria Leonesa

Toño Criado: "El aullido del lobo es el sonido más necesario para comprender la naturaleza salvaje"

Manuel Cuenya | 17/11/2015 - 14:05h.

El periodista y narrador Toño Criado, autor de 'Lobos por el Bierzo', tiene casi perfilado un libro sobre música del Bierzo, a la espera de que una editorial se interese en publicarlo.

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El periodista y narrador Toño Criado, autor de ''Lobos por el Bierzo', tiene casi perfilado un libro sobre música del Bierzo, a la espera de que una editorial se interese en publicarlo
Periodista de raza, berciano de pura cepa, Toño Criado reconoce que su labor como periodista, "un trabajo para nada monótono" -tanto en puestos de dirección como redactor de a pie, de calle, aunque su sede central fuera durante veinticinco años el Congreso de los Diputados y el Senado-, le ha ayudado a ser conciso, claro y breve en su escritura, porque las crónicas de los informativos así lo demandaban, lo que le ha dejado poso en todo cuanto ha escrito y publicado, la mayoría en artículos de revistas y periódicos, aparte de miles de crónicas en la radio (RNE), "hojas de papel que se las ha llevado el viento".
En su día Toño fue elogiado por el Príncipe de Asturias, hoy Rey de España, el cual destacó su "lenguaje depurado" y su "particular destreza", con la que ha sabido transmitir la actividad parlamentaria, así como su "inteligencia y oficio" en la búsqueda de la objetividad. Palabras que el actual Rey Felipe VI pronunciara con motivo del premio Luis Carandell de Periodismo Parlamentario que recibiera este ponferradino, dedicado al periodismo radiofónico, apasionado de su tierra, autor de un libro imprescindible como es 'Lobos por el Bierzo', sobre todo para quienes deseen conocer la historia de la comarca berciana a través de estos "guardianes del bosque", viajeros aunque fieles al terruño, que en otros tiempos, no tan lejanos, estaban muy presentes en la vida cotidiana de los pueblos. En este estupendo volumen, Criado recoge varias leyendas y tradiciones de los lobos por todo el Bierzo, desde Igüeña (con una mención especial a un libro memorable, 'El Tío Perruca', de Benigno Suárez) pasando por Noceda del Bierzo, entre otras poblaciones del Alto Bierzo, hasta llegar al museo de Carracedelo, cuyo artífice es el taxidermista Solís Fernández, de Matarrosa, un hombre que ha dedicado su vida a los animales y que merece toda nuestra admiración y reconocimiento.
"'Lobos por el Bierzo' respira Bierzo 'a esgalla', defiende nuestra fauna, nuestras costumbres, y es fruto de los valores propios de esta región"
'Lobos por el Bierzo' es asimismo una "lectura de filandón, para compartir abuelos y nietos en torno a la hoguera, una noche de luna llena...", como dijera el periodista y escritor berciano Valentín Carrera. Su propio autor, con excelente sentido del humor, aclara que su libro es un "bestiaseller", habida cuenta de que se ha agotado la edición, lo que podría animarle, llegado el caso, a hacer una reedición. "El libro respira Bierzo 'a esgalla', defiende nuestra fauna, nuestras costumbres, y es fruto de los valores propios de esta región", precisa Toño, que está pensando en la posibilidad de escribir una segunda parte porque, a raíz de este libro, ha recibido numerosos testimonios de todo el Bierzo y, además, "el mundo de los lobos se pierde en el infinito de los campos y de la luna... El aullido del lobo es el sonido más  necesario para comprender la naturaleza salvaje". Resulta sorprendente que el pueblo de las fuentes curativas, a los pies de la Sierra de Gistredo, aparezca a menudo en esta obra de Toño Criado, dando la impresión de que fuera de estos pagos, aunque él sea ponferradino, que ejerce de tal, porque allá donde va, deja su huella de berciano por el mundo adelante.

Foto de Toño Criado (Manuel Cuenya)
(Puedes seguir leyendo esta fragua en el enlace): 

http://www.ileon.com/cultura/056858/tono-criado-el-aullido-del-lobo-es-el-sonido-mas-necesario-para-comprender-la-naturaleza-salvaje

Leyendas y romanticismo


Con motivo del bicentenario del nacimiento de Gil y Carrasco, hablaremos hoy martes de esta figura romántica y su interés por el mundo legendario, como podemos comprobar leyendo su 'Lago de Carucedo', algo que es propio, aunque no exclusivo, quede claro, de los llamados románticos y también de los post-románticos (precursores de la poesía moderna) como Rosalía de Castro o Bécquer, quien escribiera muchas y cautivadoras leyendas (en realidad, leyendas góticas), como 'El monte de las ánimas’, cuya historia transcurre en un monte de Soria, conocido precisamente con el nombre de las ánimas, perteneciente a los Templarios ("guerreros y religiosos a la vez"), tan emparentados asimismo con el ilustre villafranquino, quien, por lo demás, es un precedente claro del autor de las conocidas 'Rimas y leyendas'.

La historia de 'El monte de las ánimas', que transcurre el día de Todos los Santos, nos cuenta una historia estremecedora, donde los lobos adquieren protagonismo: ("a la mañana había aparecido devorado por los lobos entre las malezas del Monte de las Ánimas… Dicen que después de acaecido este suceso, un cazador extraviado que pasó la noche de difuntos sin poder salir del Monte de las Ánimas, y que al otro día, antes de morir, pudo contar lo que viera, refirió cosas horribles. Entre otras, asegura que vio a los esqueletos de los antiguos templarios y de los nobles de Soria enterrados en el atrio de la capilla levantarse al punto de la oración con un estrépito horrible, y, caballeros sobre osamentas de corceles, perseguir como a una fiera a una mujer hermosa, pálida y desmelenada, que con los pies desnudos y sangrientos, y arrojando gritos de horror, daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso")Escrita en la segunda mitad del siglo XIX, con una prosa poética, que nos envuelve con su misterio y fantasmagoría, Bécquer se inspira en la tradición oral, en el folclore, para componer esta narración.  
"La noche de difuntos me despertó a no sé qué hora el doble de las campanas; su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria.
     Intenté dormir de nuevo; ¡imposible! Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda. Por pasar el rato me decidí a escribirla, como en efecto lo hice.
     Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo cuando sentía crujir los cristales de mi balcón, estremecidos por el aire frío de la noche" (Comienzo de 'El monte de las ánimas').
Por su parte, 'El lago de Carucedo', de Gil,  está compuesta por una Introducción descriptiva del lago y su entorno (algo que maneja muy bien Gil, pues es un paisajista excepcional, tal vez el mejor, según Azorín): un cuento regionalista, un cuento histórico y una leyenda en prosa parecida a las que Bécquer escribirá más tarde, aparte de una breve conclusión, con algunas evidentes influencias como 'Don Álvaro o la fuerza del sino', del Duque de Rivas. En 'El lago de Carucedo' están presentes algunos de los ideales románticos de su autor, como la búsqueda obsesiva de un amor puro y por ende su lucha desesperada y rebelde contra el destino, contra la fatalidad. 
En esta novela, formada por narraciones yuxtapuestas, se cuenta una historia de amor entre Salvador (cazador y aventurero, que acaba siendo abad) y María (pastora, doncella que termina recluida en un monasterio, trastornada, enloquecida), con un tercero en discordia, que quiere arrebatarle la doncella a Salvador. Un amor imposible entre dos jóvenes. Un amor ideal y obsesivo, cuya falta provoca la locura y la rebelión. El amor pasional como luz, aire, libertad. Y la rebelión contra el destino implacable. Un auténtico drama romántico, subversivo. Una historia que se repite casi igual en ‘El señor de Bembibre’, cuyos protas serían el propio Don Álvaro, Doña Beatriz y el conde de Lemos. Se podría decir que ‘El lago de Carucedo’ es el embrión de la que posteriormente sería la gran obra de Gil (a la que dedica por cierto un capítulo de su libro, ‘Seis historias y una leyenda’, el escritor toreniense Francisco González, un volumen que ha presentado recientemente en Ponferrada Daniel Álvarez, con la colaboración, siempre magnífica, de Paco Vuelta).
Como también ocurre en ‘Don Álvaro o la fuerza del sino’, en ‘El lago de Carucedo’ el prota mata a su rival, Álvaro de Rebolledo, e intenta proteger a su amada, su “maga” o hechicera. Pero el destino cruel se impone con  el consiguiente diluvio “subterráneo”, una catarata que arrasó e inundó la abadía situada a orillas del lago de Carucedo y ahoga a los desdichados amantes. Por eso el barquero, que aparece al inicio de la obra, dice que “bajo del lago húbole en otro tiempo un convento” (la leyenda de la ciudad sumergida, que se repite también en otros lagos, como el de Sanabria). De sus aguas brota, como por encantamiento, un cisne de blancura resplandeciente, ese “cisne sin lago” o “cisne blanco” como emblema de pureza y a la vez de melancolía, símbolo frecuente en la poesía romántica de Gil.
Es en esta escenografía de ensueño, bucólica, en la que Doña Beatriz también paseará su melancolía.
Cabe señalar que las leyendas, que son relatos pertenecientes a la tradición popular con fundamento histórico (el propio ‘El lago de Carucedo’ aparece con el subtítulo de ‘Tradición popular’, que Gil dice contar como a él le han contado), narran acontecimientos naturales o sobrenaturales protagonizados por seres humanos (contrariamente a los mitos, habitados por dioses), en los que hay una mezcla de realidad y fantasía, que se transmite, de un modo oral o por escrito, a través de generaciones. Incluso los hechos sobrenaturales, como los milagros o la presencia de fantasmas, se muestran como si fueran reales. Asimismo, el tiempo y espacio, en que se desarrollan (por antojarse familiares), les confieren cierta verosimilitud.  

Respecto al Romanticismo (movimiento revolucionario, que hace referencia a aquello que no puede expresarse con palabras, acaso sólo con sentimientos, con pura emoción), tiene su origen a finales del siglo XVIII en países como Alemania y el Reino Unido con Rousseau y Goethe a la cabeza (si bien luego se extiende a otros países, cuyo auge se sitúa en la primera mitad del siglo XIX) como reacción al racionalismo, al conformismo, a las normas establecidas, con la consiguiente búsqueda de la libertad, dando rienda suelta a la fantasía y las emociones, a la aventura (con viajes y novelas de aventuras), a la irracionalidad, a lo instintivo, a la locura (novelas góticas o cuentos de terror, como las que escribieran, entre otros Bram Stoker, Le Fanu, Mary Shelley o Poe), en cierto modo, a través incluso de las drogas, algo que heredan movimientos artísticos como el expresionismo y el surrealismo, que ahondan en el retorcido y complejo mundo del subconsciente, el lado oscuro y salvaje del ser humano.
Entre los ideales románticos aparecen la individualidad (subjetivismo), la creatividad y la originalidad (la figura del genio creador y las autobiografías) como exaltación de lo diferente frente a lo común, a lo antiguo, la morriña por la tierra, por lo folclórico, por las lenguas regionales, lo que da lugar a los nacionalismos; la reivindicación de la libertad, el amor libre y el liberalismo frente a las convenciones clasicistas, incluso la reivindicación de la rebeldía, la transgresión de las normas, que se traduce, en el teatro, en la ruptura de las tres unidades (acción, tiempo y lugar) y la alternancia de lo cómico con lo dramático, la mezcla de prosa y poesía (con rimas libres) y por supuesto el gusto por la Naturaleza esplendorosa y viva, reflejo del estado ánimo de quien la contempla (Gil y Carrasco como un excelente paisajista), por el oscurantismo de la Edad Media, los ambientes sombríos (castillos en ruinas, bosques, cementerios...), la sordidez, la siniestralidad,  la superstición, el contagio de enfermedades como la tisis (Véase Gil) o el suicidio (véase Larra) como modo de rebelión y desafío a dios. 
'El señor de Bembibre', la obra más famosa de Gil, y tal vez la mejor novela romántica que se haya escrito, como ejemplo de este movimiento artístico, con la presencia del medievalismo histórico, la Naturaleza (en este caso la del Bierzo, que podría servirnos en la actualidad para hacer un recorrido turístico por nuestra comarca), la morriña o melancolía (Gil siempre encuentra similitudes y analogías con su tierra berciana allá adonde viaja, como ocurre con sus Viajes por Europa, re-editados por Valentín Carrera), el misterio (véase la orden militar y religiosa de los templarios)... El propio Gil (amigo de Espronceda, otro grande del Romanticismo) es un ejemplo de romántico que, con una vida tan breve, viajó por España y Europa (en su misión diplomática a Berlín, donde muriera y fuera enterrado lejos de su matria añorada) participando de un modo activo en la política y la literatura. Una vida, la suya, de leyenda. De leyenda romántica. 
http://www.diariodeleon.es/noticias/bierzo/romanticos-leyenda_1024513.html